LA IGLESIA EVANGÉLICA HA APOSTATADO

No hay nada que discutir; todo está en el libro de los Hechos de los Apóstoles y en las epístolas para conocer cómo funcionaba, qué era, de qué vivía, cuáles eran las prioridades de la Iglesia y cómo debe ser ahora.

Cómo volver a la Iglesia de Dios
1.      Si usted ya es creyente recuerde que Dios está a su lado, que vive en usted que es su templo.
2.      Si tiene una familia, esa es su Iglesia. A ella primeramente deben ir encaminados los esfuerzos porque cada uno de sus miembros sea un verdadero cristiano y comparta la palabra con los demás.
3.      Si usted es una persona sola, ore, estudie la Palabra de Dios, compártala y forme su propio grupo dependiendo siempre de la dirección de Dios. (link)
4.      Viva el Evangelio tal como se enseña en el Nuevo Testamento. (link)
5.      Evite las sectas, los grupos con jerarquías y estructuras religiosas.
6.      Desconfíe de los pastores que predican el diezmo, viven con lujos y reconocimientos.
7.      Evite los templos
8.      Reúnase en casa con sus amigos para compartir la Palabra de Dios, orar y cantar juntos.
9.      Si aún no es creyente en el Señor Jesús pida perdón por sus pecados uno a uno y como el Espíritu Santo los traiga a su mente. Crea de corazón que estos son perdonados por el sacrificio del Señor Jesús en el Gólgota y aplíquese a la oración, el estudio de la Biblia, el ayuno y compartir con otros su experiencia. (link) Estoy seguro que si hace eso, Dios le guiará y guiará a un cristiano firme para que le ayude en su crecimiento.

Nace la Iglesia
El Señor Jesús no “fundó” la iglesia. La Iglesia nace por obra del Espíritu Santo con el nuevo nacimiento otorgado a cada creyente (Juan 3: 5-9). Al pasar a ser hijo de Dios, el individuo llega a ser la Iglesia como miembro de ella. ¿Acaso el dedo meñique no es usted? ¿Acaso se puede separar un miembro del cuerpo y que este siga viviendo?

No es una organización religiosa
La Iglesia no es una organización, es un organismo destinado a cumplir el objetivo de la evangelización. (Romanos 12:4-8).

El diezmo es una mentira del paganismo
El diezmo actual es una doctrina que va en contra de lo que dice la Biblia. Este fue instituido por Dios para el pueblo de Israel para que se mantenga el sacerdocio levítico que ya dejó de existir. Ahora cada creyente es un sacerdote (1 Pedro 2:9) y Cristo el Sumo Sacerdote y Cristo (Hebreos 7:22 – 25) no necesita de nuestro dinero para vivir. Es más,  el diezmo actual tiene sus raíces en el paganismo politeísta e idólatra romano y en la unión de este con los pseudo cristianos y el nacimiento de la Iglesia Católica con la doctrina del sacerdocio. Tanto se predica del diezmo en las iglesias evangélicas incluyendo maldiciones a los que no “pagan el diezmo” y se los extorsiona con el cuento de que si dan el diezmo recibirán el doble o el triple como si Dios fuera banquero o prestamista. Siendo tan importante como lo es para todas las iglesias y pastores, llama la atención que ni una sola vez se hable del diezmo en el Nuevo Testamento como obligación de los creyentes. ¡Ni una sola vez! No hay registro bíblico de que  Pablo,  Pedro, o alguno de los apóstoles haya “pagado” el diezmo o que se haya exigido de los gentiles (no judíos) que lo hagan. Se le pide que se guarden de la fornicación, de comer animales ahogados y de la idolatría pero nada se dice del diezmo. (Hechos 15:5 -22)
En casi todas las ciudades, el pastor, el jefe, el líder de la iglesia vive mucho mejor que la mayoría de los miembros de esta. Haga una visita a las iglesias de su ciudad y verá que la gran mayoría de estos llegan en auto del año, viven en lujosas casas, sus hijos estudian en los mejores colegios, viajan al exterior, comen en los mejores restaurantes. En Quito hay un pastor en la iglesia de Iñaquito que se jactaba en la prédica de lo suntuosa que fue la fiesta de matrimonio, que el vestido de su esposa estuvo adornado con perlas compradas especialmente en Malasia y que ahora tiene a sus hijos estudiando en los Estados Unidos. Esto cuando muchos de los miembros de esta iglesia no tienen ni para comer. En esta época el mencionado pastor y sus compañeros co-pastores ya tienen separado auto del año cuando la mayor parte de las personas que escuchan sus mensajes llegan estropeados en servicio público si es que tienen para pagar el pasaje.
Mi madre había sido una fiel pagadora del diezmo por 25 años en la mencionada iglesia y apenas recibía el pago de su modestísima pensión jubilar sacaba el 10 por ciento para poner en un sobre y entregarlo con su nombre. Nunca recibió siquiera un saludo de los pastores de esa iglesia, menos una visita o una llamada cuando estaba enferma. Es que su diezmo es tan poco. Es más, a pesar de ser miembro por 25 años, nunca se le dejó participar de las reuniones de la iglesia para temas administrativos y claro menos para espirituales aunque sí participaban personas que ni siquiera eran bautizadas.
Recuerde que el diezmo es otra de las mentiras del Diablo para corromper a los “lideres” y mantener sometidos por miedo a los miembros de las iglesias evangélicas.

De qué vive la Iglesia
Vive de los aportes voluntarios (ofrendas) de sus integrantes motivados por amor a los demás y preocupación por extender el evangelio. Hay que entender cuáles son las prioridades de la Iglesia: el bienestar de los hermanos (Hechos 11:27- 30), el apoyo a la evangelización (2da Corintios 9:6- 8) y el sostenimiento de las personas dedicadas a servir a la Iglesia y a evangelizar (Filipenses 4:15- 17). Pero en ningún caso a mantener al jefe o pastor de la Iglesia a menos que este trabaje para ella, no que la gobierne, no que se constituya en jefe porque el Señor Jesús no dejó jefes ni sucesores. Eso es negar que él esté vivo, que tiene el poder de gobernar su iglesia. Significa decir que Dios carece de capacidad para hablar personalmente a sus hijos tanto a través de la Biblia como por el Espíritu Santo.
De toda forma, el aporte es voluntario, es por ofrenda, es por lo que Dios pone en el corazón del creyente y por la obediencia de cada individuo a su Señor. La ofrenda nace del amor a Dios y a su prójimo como cuando Pablo recogió la ayuda para los hermanos en Jerusalén, como cuando los hermanos de Filipos le hicieron llegar recursos a Pablo para sus necesidades, como cuando enviaron misioneros a predicar a los paganos.

Siervos de Dios, no asalariados
En ninguna parte del Nuevo Testamento se presenta al “pastor” como jefe de la iglesia, menos como dueño de la iglesia. En ninguna parte hay una escala de liderazgo; el líder, el maestro, el dueño de la Iglesia, la cabeza de la Iglesia (el jefe), el que gobierna la Iglesia, el que la pastorea, es el Señor Jesús. Si la iglesia tiene un líder, jefe, jerarca, esta no es de Cristo.
La Iglesia está compuesta por los hijos de Dios, hermanos entre sí, con iguales derechos y obligaciones, sin jefe ni mandamás si no consiervos, con personas que trabajan para el bienestar material y espiritual de la Iglesia, para la evangelización, para atender a los no creyentes. Pero son “siervos”, no jefes. Están sometidos a la Iglesia y no al revés porque es la Iglesia la que les paga. (Hechos 20:33- 35).
En Quito asistía a la iglesia del pastor Norero. En cierta ocasión precisaba con urgencia de asistencia espiritual. Le dije al pastor que quería hablar con él, me respondió que atiende solamente los miércoles por media hora, pero que esta semana iba a Guayaquil, la próxima a Estados Unidos, la siguiente a Centroamérica y así. Es decir que estaría disponible en cinco semanas, pero la agenda estaba llena para dos semanas más. –Usted sí sirve para pastor, le dije. –Gracias hermano, me respondió. Le aclaré que sí porque como médico se le morían todos los pacientes, como bombero la ciudad se acaba, como policía los ladrones se llevan la ciudad en peso. Nunca más volví para allá. Como dicen en Ecuador: los pastores en su mayoría se creen unos “gallazos”, y que el vivo (pastor) vive del tonto (feligrés)  y el tonto de su trabajo.

Pastores y pastoras, apóstoles y apóstolas, los profetas y las profetas (profetizas es lo correcto)
El ansia de poder, de dinero no tiene límite en el mundo y tampoco en las iglesias evangélicas. Otra vez, no encontramos un solo versículo que hable de que la esposa del pastor es pastora o de que se haya reconocido a mujer alguna como pastora de la Iglesia pero como el negocio es bueno, se ha vuelto al mismo pecado denominado nepotismo que tanto mal produjo a la Iglesia Católica. Pastores que mandan a sus hijos al seminario para que les sustituyan con la iglesia cuando les toque jubilarse. Pastores que logran que su esposa cobre sueldo de la iglesia y con eso mantener su alto nivel de vida. Qué contraste con la sencillez de vida del Señor Jesús, con la manera  de vivir de los creyentes del primer siglo (Romanos 12:13).
Pero como el cargo de pastor no les es suficiente para posicionarse más alto que la gente “sencilla”, se han creado cargos como apóstoles y apóstolas, profetas hombres y profetas mujeres (no profetizas como sería gramaticalmente correcto). Conozco en Machala a un pastor que se hace llamar patriarca y otro que se dice arzobispo (más que los obispos). Todo en contra de lo que enseña la Palabra de Dios.

Templos y casas de Dios
Dios no mora en casas hechas de hombres, el templo de Dios es cada uno de los creyentes en los que Dios mora por el Espíritu Santo (1era Corintios 3:16, 17). El sacrificio acepto se presenta en la obediencia de cada cristiano. No se precisa de intermediarios humanos para llegar a Dios (Hebreos 10:19- 25). Todo esto es desconocido por el afán de hacer dinero, parecer espirituales, llevar a la gente a la religiosidad con la consiguiente ganancia material. En Santo Domingo de los Colorados, hay líderes que llaman santo a la plataforma y santísimo a estar tras el púlpito. Como se comprenderá, los fieles de la banca, están impedidos de acceder al santo y al santísimo. Esta idea tomada del catolicismo promueve la idea de que el líder o los líderes pasan a ser algo así como sacerdotes, se crea la diferencia entre cleros y legos, se niega la magnificencia de Dios limitándolo a un sitio cuando ni los cielos mismos pueden contener su presencia. Niega que Dios sea omnisciente (todo lo conoce) y omnipresente (está en todas partes al mismo tiempo) y pretende desconocer el valor del sacrificio de Cristo para constituir un sacerdocio de los creyentes donde él es el Sumo Sacerdote en funciones.

La verdad escondida de la cristiandad
La apostasía no quiere aceptar que con Dios no hay puntos intermedios. Cuando se reveló a Israel le dijo: “No tendrás dioses ajenos delante de mí… ; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso”. Es decir que exige la adoración única y totalmente para Él. Jesús lo dijo e insistió que el que con él no recoge, desparrama, que cualquiera que quiera ir en pos de él tiene que tomar su cruz, que no se puede servir a dos amos, que no se puede tener otro objetivo que el Reino de los Cielos. Y en las epístolas se insiste en ello pues no hay acuerdo entre Satanás y Cristo, entre Dios y los ídolos, entre creyentes y no creyentes, que no se acepta la mediocridad en la adoración porque La mediocridad no va con el cristianismo. Los cristianos del primer siglo perdieron sus trabajos, sus propiedades, sus familias, su vida por seguir a Cristo. Hoy ¿cuántos “cristianos” están dispuestos a perder su puesto de trabajo por mantenerse honestos?
La falta de compromiso con Dios hace que falte el dinero en las iglesias y que hace que los pastores prediquen todos los días a favor del diezmo, las primicias, las ofrendas especiales, que hagan rifas, vendan comidas. Pero eso es el resultado de que ellos mismos hayan enseñado a sus feligreses que pueden coquetear con el mundo o incluso vivir en pecado descarado con tal que vayan el domingo al templo y “paguen el diezmo”. Pero ni el diezmo pagan y menos viven como exige la Palabra de Dios. En la ciudad en la que vivo, el 90 por ciento de las parejas vive sin casarse, es decir en fornicación y van tranquilamente a la iglesia pensando que se van a salvar. La misma proporción de abortos se da entre chicas “cristianas” que no creyentes. Los cristianos llevan a sus niños enfermos a brujos y curanderos.
Al Diablo no le conviene que la gente se comprometa con Cristo o que rechace a Cristo abiertamente. Para su causa son más valiosos los líderes que enseñan que se puede ser cristiano a medias y sus seguidores porque así desacreditan el Evangelio, contaminan al resto y viven engañados pensando que se van a salvar cuando lo que les espera es la condenación. En este instante, si usted es una de esas personas, pida perdón a Dios, crea de corazón en el Señor Jesús y comprométase con Él a vivir para Él cueste lo que cueste. Aplique lo siguiente:
1.      Si tiene una familia, esa es su Iglesia. A ella primeramente deben ir encaminados los esfuerzos porque cada uno de sus miembros sea un verdadero cristiano y comparta la palabra con los demás.
2.      Si usted es una persona sola, ore, estudie la Palabra de Dios, compártala y forme su propio grupo dependiendo siempre de la dirección de Dios. (link)
3.      Viva el Evangelio tal como se enseña en el Nuevo Testamento. (link)
4.      Evite las sectas, los grupos con jerarquías y estructuras religiosas.
5.      Desconfíe de los pastores que predican el diezmo, viven con lujos y reconocimientos.
6.      Evite los templos
7.      Reúnase en casa con sus amigos para compartir la Palabra de Dios, orar y cantar juntos.





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