IGLESIA EN CASAS, RESPUESTA BÍBLICA A LOS TIEMPOS PRESENTES


SIETE A DOCE AÑOS DE CÁRCEL PARA QUIENES PREDIQUEN EL EVANGELIO EN BOLIVIA. PERSECUCIONES A MUERTE EN LOS PAÍSES MUSULMANES. DESPRECIO AL CRISTIANISMO EN LOS PAÍSES LLAMADOS CRISTIANOS. PROFESIONALIZACIÓN DE LOS PREDICADORES. SEPARACIÓN ENTRE EL CLERO Y LOS LEGOS. GRANDES IMPERIOS ECONÓMICOS Y DE PODER CONSTRUIDOS A NOMBRE DE DIOS. TEMPLOS E IGLESIAS FASTUOSOS MIENTRAS LOS MIEMBROS DUERMEN A LA INTEMPERIE. PASTORES CON AUTOS DE LUJO Y LOS FIELES QUE NO TIENEN NI PARA PAGAR EL PASAJE PARA ASISTIR AL CULTO. UNA COMUNIDAD CRISTIANA OCIOSA QUE NO PREDICA EL EVANGELIO, NI SIQUIERA SE COMPROMETE.

LA IGLESIA EN CASA, LA ALTERNATIVA DE OBEDECER A DIOS.
Debemos decir primeramente, que la Iglesia en Casas no es un invento para crear alguna nueva denominación o es un movimiento temporal. La Iglesia funcionando en las casas de los creyentes es el modelo establecido en el libro de los Hechos y el que se ve a través de todas las epístolas[1]. En ninguna parte se dice que los cristianos construyeron locales y menos que tuvieran “casa de oración”, templos, catedrales.
Estas ideas vinieron precisamente con la apostasía, con el establecimiento de jerarquías, con la falta de compromiso de los creyentes para ellos mismos leer, estudiar, aprender de la Palabra, dedicarse a la oración y a compartir el evangelio[2].

En los primeros tres siglos de la iglesia, esta tuvo que soportar odios, calumnias,  persecuciones constantes. Sin duda, las reuniones en familias fue la única manera de mantenerse unidos, preocupados unos por otros, atentos a la necesidad de los demás, cuidadosos de que todos mantengan una vida en santidad, orando constantemente, aprendiendo juntos de la Palabra de Dios. 

No es cuestión de criterios como quieren decir los que apoyan tener templos, casas de oración, catedrales, locales lujosos, tampoco es la formación de denominaciones; es cuestión de leer bien los evangelios, el libro de los Hechos, las epístolas. Nada de jerarquías, nada de líderes humanos pues Cristo es cabeza de la Iglesia y único caudillo. Nada de templos porque cada creyente es en sí el templo de Dios.
Los creyentes en el primer siglo se reunían en casas, conocían las necesidades y virtudes de los hermanos y aunque sí se reunían con otros creyentes de la misma ciudad, nada hace pensar que tuvieran sitios exclusivos destinados a ello y cada iglesia en casa mantenía su independencia[1].  

Durante las persecuciones, las iglesias en casas fortalecieron a los creyentes, acogían a los que huían y oraban juntos por los perseguidores.

Si un cristiano declara lo que dice la Biblia respecto a los fornicarios, los adúlteros, los mentirosos, los que se acuestan con los del mismo sexo, que estos absolutamente no heredarán el Reino de Dios, puede ir a parar a la cárcel. En Ecuador ya no es posible tener programas cristianos en una radio comercial y menos en una comunitaria, pero sí tienen programas y con incentivos económicos de las autoridades de gobierno los grupos GLBT (gays, lesbianas, bisexuales y transexuales) y cualquier otro grupo que promueve perversiones, que promociona las relaciones sexuales sin compromiso e incluso el aborto.
Si las familias cristianas no se consolidan en base a la oración, al estudio, la lectura, la meditación y la aplicación de la Palabra de Dios, serán fácil presa de los líderes engañadores así vayan todos los domingos al templo y caerán fácilmente en la corriente de pecado que inunda el mundo.
Los textos escolares, las programaciones en todos los medios, el internet, las redes sociales bombardean a los cristianos y sobre todo a nuestros hijos para destruir la obra de Cristo en sus vidas, para acabar con la moralidad y las familias.
El mandato del Señor Jesús fue que todos los creyentes hicieran discípulos, no que los lleven a una iglesia para que el pastor les adoctrine. No es doctrina, es discipulado para enseñarle con el ejemplo una nueva forma de vida.
Ya ha pasado con la Iglesia de Dios, que muchos al verse enfrentados a dificultades niegan la fe. La voluntad de Dios es que el creyente tenga junto a él un grupo que se preocupa, que ora, que fortalece, que lo ve realmente como su hermano.  

CÓMO INICIAR UNA IGLESIA EN CASA
Primero debe comprometer a toda la familia a orar diariamente por las personas que no conocen al Señor y en especial por vecinos, conocidos, familiares que viven cerca.
Debe determinar uno o más días para leer juntos la Palabra de Dios, cantar y orar; recuerde que donde están dos o tres personas reunidas está el Señor y ya es una iglesia. 
Es conveniente estudiar y prepararse para la evangelización. (Puede solicitar los materiales vía celular o internet)
No se preocupe si su casa es modesta o pobre, si tiene muebles o no, si puede brindar una comida o no, recuerde que lo importante es la salvación de sus semejantes y si ellos ven en ustedes el amor de Dios serán bendecidos.
Empiece invitando a las personas cercanas a usted; familiares, amigos, vecinos a una reunión para orar y leer la Palabra de Dios.
¿Qué hacer?
Primera reunión o cada vez que llegue una persona nueva.
Inicie dando la bienvenida, preséntese y presente a su familia (aunque ya los conozcan y pida que hagan lo mismo los asistentes.
No cambie a otra casa solamente por comodidad, cree otra Iglesia en Casas.




[1] Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos; y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
2Co 6:17  Por lo cual salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré,
2Co 6:18  y seré Padre a vosotros, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.




[1] Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, que expusieron su vida por mí; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles. Saludad también a la iglesia de su casa. Romanos 16:2-5
[2] Mat 28:18  Y Jesús vino y les habló, diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.  Mat 28:19  Por tanto, id, y enseñad a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;  Mat 28:20  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

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